Los equipos
de rescate indonesios y de ONGs intentan recuperar los cadáveres de decenas de
niños que quedaron atrapados bajo los escombros.
Más de un
millar de personas siguen enterradas bajo los escombros y el barro, tras el
terremoto que sacudió el viernes 28 de septiembre a la isla de Célebes, en
Indonesia, en el que murieron más de 1.400 personas, alertó una ONG.
Las
autoridades indonesias elevaron este jueves a 1.424 el balance de muertos de
este desastre, que también ha causado más de 2.500 heridos, dañado más de
66.000 casas y desplazado a más de 70.000 personas, la mayoría de ellas en
Palu, población de 350.000 habitantes.
La
estimación de la organización Aksi Cepat Tanggap (ACT), dedicada a la respuesta
de desastres, se refiere al barrio de Balaroa, en Palu, que ha quedado reducido
a una masa de barro y cemento tras las avalanchas de tierra que provocó.
"Hay
casas unas encima de otras y los cuerpos en el fondo", dijo a Efe uno de
los miembros de ACT en Palu, Ali Akbar.
El activista
dijo que el equipo de su organización en Balaroa ha podido recuperar los
cuerpos de un hombre y de una mujer debajo de los escombros, pese a las
dificultades de esa tarea, para la que disponen de poca maquinaria pesada.
También dijo
que las dificultades a la hora de saber el lugar exacto donde se encuentran los
cadáveres, hace que los operarios de las pocas grúas disponibles tengan miedo
de dañar los cuerpos.
Iris Van
Deinse, portavoz de la Federación Internacional de la Cruz Roja en Palu, indicó
que entre 500 y 700 personas vivían en el pueblo, que prácticamente ha
desaparecido.
El
movimiento humanitario confirmó la muerte de 34 niños de entre 13 y 15 años en
esa zona, donde según uno de los empleados de la organización se rescató a 90
de los 200 jóvenes que estaban en el campamento.

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